martes, 19 de mayo de 2015

tengo...

Tengo las puertas cerradas, pero sé que de nada me vale. El mundo circundante entra. Me invade.
Transpiro y respiro su hedor de salobre sabor insano, sintiendo en mis carnes el dolor silenciado a base de engaños.
Despierto en la conciencia el gusano que corroe mis entrañas, haciéndome partícipe de la culpa que paraliza el cambio desde el principio de este tiempo, construido a base de dependencias que imposibilitan salidas, porque en ellas no es posible la supervivencia.
¡O te disuelves, o te disuelvo! Allí quedó la esperanza anulada. Silencio de amenaza, o muerte si te lanzas. ©

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