sábado, 3 de noviembre de 2012

LA CULPA


LA CULPA

¿Quienes/quien son/es/somos culpables?

Una niña confiada y con ganas de celebrar con amigas y amigos, salió de su casa a disfrutar.

Esa confianza se la dimos los adultos que construimos este mundo con nuestras acciones y negaciones.

Se la dieron aquellos que prepararon su negocio de masas, sin tres dedos de frente.

Aquellos que usan la fuerza para reprimir y no para prevenir.

La culpa repartida parece menos culpa.

La víctima no tiene voz.

Confiaba en esa seguridad que todavía no cuestionaba.

Ha muerto.

Esa madrugada se vio arrollada por una avalancha humana.
En ese pasillo de terror. Estrecho y sin escape.

Aplastada, como las otras que le antecedieron.

Cuatro víctimas mortales.

Ellas perdieron la sonrisa en un rictus de dolor que les ahogó.

Siempre temí las multitudes. Un instinto ancestral me decía que no debía exponerme a lo que no tiene escapatoria.

Siempre busqué a mi alrededor los caminos para poder escapar si la aglomeración se hacía insoportable.

Hubo noches jóvenes en que me expuse a ello, y después aglomeré en mi mente esos miedos.

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