domingo, 11 de marzo de 2012

Te imploré

He enfermado.
Tanto que se me agarrotaron las manos y los pies.
Vaciándome por arriba y por abajo.
Perdí el sentido.
Cuando regresé a mí, te llamé.
¡Madre mía!
Serán virus que se asientan en mi cuerpo, tras esos días sin sentidos abiertos a la vida, sólo a ti.
Te fuiste.
Cada semana revivo esos últimos días.
Es un trago que no consigo pasar.
Te has ido.
Te imploré porque me sentí perdida en un cuerpo que padecía.

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